Adiós
Si no me siento,
lo precavido de las acciones
caen en los accesos furiosos de la piel,
sobre las esporas rugosas
que me envuelven,
tapando mi boca,
cerrando mis ojos
y dejándome caer
en un eterno delirio
Un vaivén de emoción,
una trémula dulzura
de un beso mortífero,
que muerde suavemente mi labio.
Quiero sentir de nuevo
el aliento sobre mi aliento
y que las almas choquen
en una humeante esperanza
de amor etéreo.
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